Ismael Ureña Pérez, un joven de 14 años, abandonó su residencia en San Luis (Santo Domingo) durante el verano de 2024 en busca de firmar con la MLB. Sin embargo, su salud comenzó a deteriorarse: su piel y ojos se tornaron amarillos y su orina adquirió un color rojizo. En una conversación con su madre, Ismael denunció malos tratos, y al llevarlo al médico, descubrieron que le habían administrado sustancias utilizadas para mejorar el rendimiento en caballos, información que el joven había ocultado a su familia. A los pocos días de hospitalización, Ismael falleció, y sus dos hermanos, también en la Yordy Cabrera Baseball Academy, sufrieron secuelas de salud.
Desesperados, sus padres, Iris Pérez e Inoel Ureña, acudieron a la Fundación Familia Sin Violencia (Funfasinvi) y al abogado Orlando Aracena Peña en busca de justicia. En un video difundido en redes, Inoel Ureña exige justicia, alegando que inyectaron a su hijo sustancias sin autorización.
El martes, Funfasinvi presentó una querella contra Yordy Cabrera, exjugador y director de la academia, acusándolo de violar varias leyes del Código Penal Dominicano y de salud, además de normativas de protección a menores y de drogas controladas. Solicitan prisión preventiva para Cabrera, de 34 años, quien se desempeñó como lanzador en la Lidom hasta 2022-2023.
La sustancia implicada, conocida como “caballín” en el béisbol, ha provocado suspensiones en la MLB a peloteros de renombre. El caso ha motivado a la fundación a crear la iniciativa “Rescatando a Esmerling,” en referencia a uno de los hermanos afectados, y ha instado a la Procuraduría de Niños y Niñas a regular estrictamente estas academias.
Cabrera, quien firmó con los Atléticos en 2010 y luego jugó para otros equipos en la MLB y la Lidom, ahora enfrenta un proceso legal por su presunta implicación en la administración de estas sustancias a menores.
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