Cuba enfrenta uno de sus peores momentos desde la revolución de 1959, con una grave escasez que ha generado una emigración récord y protestas. En Haití, las pandillas controlan las calles de la capital, disparan contra aviones comerciales y retrasan las elecciones para elegir al reemplazo del presidente Jovenel Moïse, asesinado en 2021.
El presidente de Nicaragua ha encarcelado a manifestantes, opositores y líderes religiosos, mientras que en Venezuela, la escasez de productos básicos y una de las tasas de inflación más altas del mundo han obligado a casi 8 millones de personas a abandonar el país.
Un total de medio millón de personas que enfrentan privaciones en Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela han ingresado legalmente a Estados Unidos a través del programa “parole humanitario” del gobierno de Joe Biden. Este programa, basado en una ley de los años 50, ha permitido la llegada de inmigrantes de países como Hungría, Vietnam y Laos. Sin embargo, el presidente electo Donald Trump parece dispuesto a desmantelar esta política, y ha anunciado en su campaña que terminará con el “abuso escandaloso del parole”.
Trump ha hecho de la retórica anti-inmigrante un pilar clave de su campaña para regresar a la presidencia, advirtiendo que expulsará a cientos de miles de inmigrantes que han llegado bajo programas creados por la administración de Biden. “Prepárense para irse porque van a salir muy rápido”, dijo Trump, refiriéndose a más de un millón de personas que han llegado con “parole”, un permiso humanitario de permanencia temporal.
Un grupo considerable de personas amparadas por el gobierno de Biden, con un estatus legal temporal frágil, podría perder esas protecciones rápidamente. Estos programas incluyen el permiso humanitario de permanencia, el respaldo a DACA para menores que llegaron ilegalmente con sus padres, el permiso temporal de ingreso para cerca de un millón de personas, y el uso extensivo del Estatus de Protección Temporal (TPS) para frenar deportaciones.
El propósito del "parole" temporal humanitarioEstados Unidos tiene un sistema migratorio complejo que lleva a muchas personas a ingresar ilegalmente al país. El permiso de permanencia condicional permite que el presidente autorice la entrada de personas “por razones humanitarias urgentes o por un beneficio público significativo”. Desde 1952, todos los presidentes, excepto Trump, han utilizado esta herramienta, de acuerdo con el Cato Institute, un centro de investigaciones que apoya la inmigración.
El gobierno de Trump podría revocar este permiso para quienes lo tienen, advirtió Aaron Reichlin-Melnick, experto del American Immigration Council.
Regresar no es opción“El miedo lo tenemos todos los inmigrantes”, comentó Manuel Castaño, un activista nicaragüense de 39 años cuyo permiso vence en marzo de 2025. Castaño, quien trabaja en el mantenimiento de edificios en Florida, solicitó el permiso en febrero de 2023 con el patrocinio de su tío. Menos de un mes después, llegó a Miami con su esposa y su hija de 13 años.
Asegura que fue amenazado en Nicaragua y temía por su vida y la de su familia. En Estados Unidos, ha pedido asilo, pero el proceso es largo. “Regresar a Nicaragua para nosotros no es una opción, lamentablemente”, expresó.
Cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanosMás de un millón de personas han ingresado a Estados Unidos con permisos temporales durante el gobierno de Biden, incluidos afganos y ucranianos. Biden comenzó el programa para los venezolanos en octubre de 2022 y lo amplió a principios de 2023 para incluir a cubanos, haitianos y nicaragüenses, países que se niegan a recibir a sus ciudadanos deportados desde Estados Unidos.
Con la política CHNV (por las iniciales de los países involucrados), hasta 30,000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela pueden ingresar a Estados Unidos cada mes. El objetivo de Biden es crear vías legales para su llegada y disuadirlas de cruzar ilegalmente la frontera con México. Al llegar, pueden solicitar un permiso de trabajo por dos años.
Hasta finales de octubre, más de 110,240 cubanos, 211,010 haitianos, 93,070 nicaragüenses y 117,310 venezolanos obtuvieron el permiso temporal de ingreso, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Se espera que el equipo encargado de rediseñar las políticas de Trump incluya a Tom Homan, exdirector del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), Stephen Miller, asesor de inmigración de Trump, y Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, quienes han criticado las políticas de inmigración de Biden.
Kyle Varner, un médico e inversionista de bienes raíces de 39 años en Spokane, Washington, ha gastado alrededor de 150,000 dólares para ayudar a 47 venezolanos a llegar a Estados Unidos en los últimos dos años. Ahora, teme por su situación y está ahorrando para contratar abogados de inmigración que ayuden a sus patrocinados a quedarse legalmente en el país.
“Estoy muy alarmado”, dijo Varner.
Posibles desafíos legalesCualquier cambio que termine con los programas de permisos temporales humanitarios podría enfrentar desafíos judiciales. Sin embargo, el gobierno de Trump podría pausar la entrada de nuevos inmigrantes y esperar a que expiren los permisos de los que ya han llegado bajo la administración de Biden, explicó Reichlin-Melnick.
Además, Charles Kuck, ex presidente de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA), indicó que sería fácil para el gobierno de Trump deportar a las personas que llegaron bajo estos programas de “parole” debido a la información disponible sobre ellos y sus patrocinadores en los registros públicos.
Dejar Estados Unidos antes de ser deportadosIreswa López, una venezolana que llegó a Estados Unidos en enero de 2023 bajo un programa de patrocinio, ya está considerando regresar antes de que su permiso de permanencia temporal expire en marzo de 2025. López, de 48 años, trabajó en varios empleos en Atlanta, pero ahora está lista para irse.
“Yo me voy”, dijo López. “Quedarme ilegalmente no está en mis planes”.
FUENTE: AP
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